Onada Miér Feb 15, 2012 7:56 pm
Suspiré con alivio y me lancé al suelo cerca de la Pokéball. Bloki se me acercó rápidamente y me tocó la mano con su patita, mirándome a los ojos. Le acaricié la cabeza. Hasta ese momento no me había dado cuenta del sueño que tenía y lo agotada que estaba, había sido un día muy intenso, por no decir dos... habían sucedido tantas cosas...
Agarré la Pokéball y la guardé en el bolsillo sin mirarla, levantándome con algo de esfuerzo.
- ¡Somos increíbles, Bloki! ¡Ahora se creará una nueva leyenda!
- ¡Scuer, scuero! - asintió con energía.
- Y ahora tú a descansar, vamos.
Me disponía a sacar su Pokéball pero el Pokémon negó con rotundidad. Suspiré con una sonrisa resignada.
- Está bien, pero luego no te quejes.
Busqué la continuación de la cueva tanteando las paredes con los dedos y me dispuse a continuar mi camino, seguida de Bloki.